Su drástica estrategia obliga al organismo a buscar la energía en los tejidos grasos, que además de acumular depósitos tóxicos son depositarios de una reserva hormonal. Por esa razón se recomienda mantener los tejidos en un buen estado de hidratación mediante la ingestión diaria de unos dos litros de agua, a ser posible mineral. La deshidratación puede acarrear cansancio y cefaleas. También se aconseja ingerir suplementos ricos en vitaminas B y C.
Preparar un zumo de Zanahorias
El zumo de zanahorias se toma crudo en cantidades que varían entre 50 y 400 gramos al día. Lo primero es limpiar las zanahorias de polvo e impurezas metiéndolas en agua. A continuación se raspa su superficie con un cuchillo sin pelar la piel. En ella es donde existe una mayor concentración de carotenos o vitamina A.
Pasando un kilo de zanahorias por la licuadora se saca alrededor de un cuarto de kilo de zumo. Este se puede diluir en agua y añadirle miel y limón. También es muy recomendable la mezcla del zumo con el de naranjas recién exprimidas.
Zumo de limón para los huesos
La cáscara de los huevos de color blanco es un verdadero almacén de minerales como el calcio, bicarbonatos y otras sustancias que pueden colaborar de forma decisiva a fortalecer los huesos. Además de la elevada cantidad de ellos que nos aportan, destaca su elevada calidad.
Para obtener estos minerales le proponemos un sencillo remedio que puede practicar tres veces por semana y una semana de cada mes. Lo primero que hay que hacer es limpiar bien la cáscara de un huevo blanco. Una vez limpio se introduce en un vaso y acto seguido se debe llenar el vaso con zumo de limón, utilizando una cáscara del limón para colocarla encima del huevo y sumergirlo dentro del zumo. Esta mezcla debe reposar durante toda la noche y a la mañana siguiente se saca el huevo con una cuchara, colamos el líquido y se ingiere durante el desayuno, lentamente.
La Licuadora
En el mismo momento en que alguien se decida explorar el mundo de los zumos, algunos utensilios de la actual cocina le parecerán objetos obsoletos, mientras que otros adquirirán un nuevo significado. Por ejemplo, el horno microondas se llenará de polvo, mientras que la nevera se convertirá en el nuevo punto focal.
La licuadora es la estrella de la cocina natural. Se debe colocar en la encimera, preferentemente cerca del fregadero, en un área despejada. Es utensilio caro pero, si se tiene en cuenta el provecho que se le puede sacar, su precio resultará ínfimo.
La diferencia de precios entre los distintos modelos se fundamentará en el tamaño del motor. Pero lo esencial es que tanto éste como la cuchilla tengan la suficiente fuerza como para funcionar eficazmente con grandes cantidades de piel, tallos y cortezas. Además, no debe pesar demasiado -entorno a cinco kilos-, y debe estar diseñada para que puedan prepararse varios zumos sin tener que desmontarla y limpiarla cada vez.El recipiente debe estar ligeramente inclinado para que, cuando se introduzcan los alimentos en el conducto, el zumo se deslice por la rejilla y la pulpa resbale y salga por la parte posterior. Las mejores rejillas y cuchillas son las de acero inoxidable; la pulpa debe juntarse en un gran depósito -preferiblemente exterior- para no tener que retirarlo cada vez que se acumula demasiada.
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